viernes, 28 de agosto de 2009

MOONLESS: capis 3 y 4

Os dejo con otros dos capis de Moonless ¡espero que os gusten!

CAPITULO 3

- Bien cuéntame ¿qué tal tu nueva casa?- me preguntó Jacob.
Estábamos caminando por el bosque que hay al lado de la casa del abuelo. Jake me había dicho que habláramos un rato pero, ante la mirada de mi padre, decidí salir fuera.
- Grande supongo. Igual que las otras ocho casas.
- Sigue sin gustarte lo de cambiar de casa ¿verdad?
- Algunas cosas nunca cambian - le respondí - De todas formas ¿ a quién le gustaría cambiarse de casa tantas veces?
- Oye Nessie quería pedirte perdón por.....
- No te preocupes por eso Jacob. Al menos ahora no ¿vale?
- Vale.
- Cuéntame ¿qué tal la manada?
- Bueno estamos preocupados por Leah.
- ¿Por qué?
- Verás. ¿Sabes que Emily está embarazada? - asentí - pues bien Leah sabía que sería normal dado que ellos son marido y mujer pero no puede evitar estar celosa.
- ¿Celosa? - no entendía porque. - Pensaba que ya había superado lo de Sam
- A medias. Además ella, por la razón que sea no puede tener hijos. Ya ni siquiera puede entrar en la casa de Emily. Esa atmósfera de felicidad le pone histérica.
- Y supongo que toda la manada, incluido Sam, se entere de esto no ayuda ¿verdad?
- SÍ.
- ¿Y es definitivo?- le pregunté- me refiero a lo de que no puede tener hijos.
- Aún no lo sabemos. Al no haber más mujeres lobo no podemos saberlo.
- ¿Y qué dicen Seth y Sue de todo esto?
- Seth está preocupado por su hermana, como es normal. Pero Sue tiene miedo de que cuando nazcan los bebés Leah se marche de la reserva.
- Pobre Leah - no pude evitar compadecerla- que la persona que amas esté enamorada de otro debe ser horrible.
- No sabes cuánto- dijo con voz rota.
- Jake yo...
-¡¡ Nessie!! - la voz de mi padre nos interrumpió - ¡Venga tenemos que irnos!
- Ya voy papá!! Esto Jake tengo que irme - le dije mientras me daba la vuelta. Me detuve al ver que no me seguía.
- ¿No vienes? - le pregunté
- No, prefiero seguir con el paseo. Ya nos veremos.
- Claro.
Eche a correr en dirección al coche. Estaba empezando a anochecer.
Cuando llegamos a la mansión, Jasper, Carlisle y Esme habían llegado ya.
Estuvimos hablando de muchísimas cosas como qué habíamos hecho los últimos seis meses
Alice y Jasper había estado viajando por Europa. Pero una visión que tuvo ella les hizo volver. Al parecer iban a demoler el psiquiátrico donde la encerraron cuando era humana.
Habían decidido volver para presenciar la demolición.
Emmett y Rosalie estuvieron en Denali haciendo una larga visita al clan de Tanya, quien seguía triste por la muerte de Irina.
Carlisle y Esme estuvieron en Chicago, donde el abuelo, había conseguido un trabajo en un hospital de allí.
Cuando todos terminaron de contar sus viajes yo me fui a la cabaña, alegando estar cansada.
Me despedí de todos y les deseé buenas noches.
En cuanto llegué, me desplomé sobre la cama. Me descolgué el guardapelo que siempre llevaba puesto.
Lo abrí. Dentro había una pequeñísima foto mía con mis padres de cuando era pequeña. Alice siempre insistía en que la cambiara por una más actual pero yo siempre le decía que no pues en ella aparecían mis padres y mi casa en Forks. ¿Qué más quería?
Me quedé observando la foto hasta que alguien llamo a la puerta. Cerré la tapa y me lo volví a colgar.
- Adelante.
- Soy yo - dijo mamá - ¿te encuentras bien?
- Sí. ¿Por qué lo preguntas?
- Desde que estamos aquí estas muy pensativa. ¿Ha ocurrido algo con Jacob?
<< ¿Por qué mi madre tenía que ser siempre tan observadora?>>
- No mamá, no pasa nada.
No coló.
- En serio. Pues Edward no opina lo mismo.
<<>> le dije mentalmente. Seguro que estaría cerca.
Suspiré.
- Es solo que todavía no sé lo que siento por Jake, mamá.
- Está bien pero cuando lo sepas díselo con delicadeza. Jacob no se merece que le hagan sufrir.
- De acuerdo mamá.
- Descansa - dijo - mañana será otro día.
Era verdad. Mañana sería mi cumpleaños y aunque no hubiera ninguna fiesta sería un gran día.
Me puse el pijama y me metí en la cama. Estaba tan sumamente cansada, que me di la vuelta y me quedé dormida.

- Nessie, Nessie - me llamaba Jacob - tienes que irte.
- ¿Qué ocurre?- le pregunté
- Vienen a por nosotros; bueno mejor dicho a por ti. Tienes que irte- volvió a decir.
-No voy a dejarte - le dije - si te dejo solo te matarán. No puedo permitir eso.
Jacob sonrió.
-Tranquila, no te librarás de mí tan fácilmente. Venga tienes que irte.
- ¡No! no dejaré que te hagan daño.
Entonces la puerta de la habitación donde estábamos estalló.
- ¡Nessie! ¡Vete! ¡Ahora!
De repente, Jacob empezó a temblar y se transformó en un enorme lobo de pelambrera rojiza que se lanzó contra el hombre que había en medio del umbral.

- ¡No!- grité sentándome sobre la cama. Estaba sudando. Ya era de día, así que me levanté y me miré en el espejo. El líquido que yo pensaba que era sudor eran lágrimas. Había estado llorando mientras soñaba.
Decidí no pensar en aquel sueño más así que me cambié. Hoy era mi cumpleaños y nada me lo iba a estropear.
Salí de la cabaña y ni siquiera me molesté en correr. Cuando me faltaban pocos metros para llegar al jardín oí un murmullo de voces.
- Silencio - decía papá - ya está aquí.
Aparté la rama del arbusto que me impedía ver el jardín y entré.

CAPITULO 4: Sorpresa


No era posible. ¡No había nadie allí! Estaba completamente segura de que había escuchado murmullos.....
Me volví hacia todos los lados esperando encontrar a alguien pero allí, no había nadie. Me giré hacia la entrada principal de la casa y vi, que la puerta estaba abierta de par en par.
Decidí entrar. Todo estaba oscuro. Toas las cortinas estaban corridas y todas las perianas bajadas. Aquello no era lo normal pues a Esme le encanta tener todas las habitaciones bien iluminadas de luz natural. Me dirigí hacia la sala donde teníamos el piano. Encendí la luz y de pronto....
- ¡SORPRESA! - gritaron a coro muchas voces. Me quedé clavada en el sitio mientras todos se acercaban a abrazarme.
- ¡ Esto es increible ! - exclamé emocionada. No me lo podía creer. Allí, junto a mi familia, estaban Carmen y Eleazar. También estaban Zafrina y Senna, las vampiras del amazonas. No muy lejos de allí vi a Jacob y a Seth Clearwater. Todos ellos, habían venido a celebrar mi cumpleaños.
- Creía que lo habiais olvidado.
- Eso era de lo que se trataba. - dijo papá.
Mientras recibía el abrazo de Carmen ella me dijo:
- Lo siento Nessie peroTanya y Kate no han podido venir. Siguen tristes por lo de Irina.
- Lo entiendo. - le dije.
- Bueno - dijo papá - será mejor que pasemos a la parte de los regalos.
- ¿Regalos? - le pregunté.
- ¡Claro! ¿qué cumpleaños sería este si no hubiera regalos?
Estalló a carcajadas cuando vió mi expresión. Al igual que mi madre, odió que me hagan regalos. Lo heredé de ella.
- ¿Quién empieza? - preguntó papá.
- Nosotros - dijo Alice. Jasper apareció detras de ella con una gigantesca caja de cartón con un enorme lazo alrededor.
- Es de parte de los cuatro - dijo Rosalie refiriendose a Alice, Jasper, Emmett y ella misma. - Venga ábrelo.
Cogí el paquete que Japer me tendía y abrí la tapa. En el interior, había un precioso vestido negro con unos finos tirantes. Lo saqué completamente de la caja. Tenia un corte desigual perfecto que caía desde la redilla derecha hasta el tobillo izquierdo. El vestido tenía un tacto parecido a raso sin embargo era muy resistente.
- Es para sucesos futuros. - dijo Alice guiñándome un ojo.
- Gracias. Me encanta.
- Bueno ahora va el mio- dijo mamá. Me tendio un paquete que por el tamaño parecía ser un libro. Lo desemvolví y me quedé boquiabierta.
- ¿Como lo has....?
- Te vi mirandolo el otro día y pensé en regalárte el mio. Pero así cada una tiene el suyo. - mamá me había regalado un nuevo ejemplar de Cumbres Borrascosas. De pequeña, Ella siempre me leía y acabé por aficionarme yo también a él.
- Gracias mamá - ella sonrió.
- Bueno, ahora viene el otro.- dijo papá
- ¿Otro? ¿Qué otro?-
- Mi regalo.
- No hace falta papá de verdad.
- No seas tonta. - me dijo - Además cuando lo veas te alegrarás de no haberlo rechazado. Venga vamos.
- Vamos? ¿A dónde?
- Si te lo digo, adivinarás lo que es. - Entonces sonrió maliciosamente - Alice ya saber lo que tienes que hacer.
- Por supuesto - dijo ella. Me mostró una tira gruesa de tela blanca. Lo comprendí en cuanto lo vi. Querían vendarme los ojos.
- ¡Oh vamos! ¿es esto necesario?
- Completamente - dijo ella.
Suspiré y dejé que me envolviera los ojos con las vendas. Me dieron vueltas como si estuviéramos jugando a la gallina ciega y escuché las risas sofocadas de Jacob.
<<>> pensé poniéndome todavía más colorada. Me llevaron a través del jardíny luego landamos un par de metros. Me llegó el olor de gasolina y goma de neumáticos.
- ¿Vamos al garaje? - les pregunté.
- Shh - dijo Alice - les estropearás la sorpresa.
- Vale Alice - dijo papá - ya puedes soltarle la venda.- Cuando pude volver a ver me encontré en el garaje frente a un gran bulto cubierto con una lona.
Agarré la lona y tiré con fuerza. Ante mi, quedó una preciosa moto gris en cuyo lateral estaban las letras de la marca de la moto: BMW. Sovre el asiento había un casco negro.
- Es...fabulosa - le dije - pero no se montar .
- Lo sabemos - dijo mamá - por eso le hemos pedido a un profesor que te enseñe.
- Pero ¿quién....?
- Yo - dijo Jacob levantando una mano - yo seré quien te enseñe.
- Vale - dije contenta de que fuera él quien fuera a enseñarme - Muchas gracias papá. Sé que te habrá costado convencer a mamá.
- La verdad esque no mucho - dijo mamá. - Siempre que sea Jake quien te enseñe estaré tranquila.
- Nessie - empezó Alice - ¿por qué no te vas a probar el vestido a la cabaña? Quiero ver que tal te queda.
- Claro tía Alice. - La llamé así a posta. Si ella me hacia pasar la verguenza de ponerme el vestido ante todos yo le llamaría '' tía '' .
Escuché las carcajadas de mi padre mientras yo cogía el vestido y echaba a correr hacia la cabaña.
Una vez allí, me fuí directamente a mi habitación y cerré la puerta.
Me puse el vestido sin mucha prisa y busqué unos zapatos ue fueran bien con el vestido. Por suerte Rose y Alice me habían regalado unos que quedaban perfectos con el vestido y....
<<>>
Estaba a punto de salir de la habitación cuando alguien llamó a la puerta.
- ¿Nessie? Soy yo - era la voz de Jacob - ¿estás visible? ¿puedo pasar?
-Eh... si si calr. Pasa.
Él abrió la puerta lentamente. Se quedo allí parado en la puerta, observándome.
-¡Vaya ! estás guapísima Nessie.
- Gracias.
Me fijé en que llebaba la mano derecha en la espalda. Él se dió cuenta de que le había descubierto.
- Es un regalo para ti. ¿Pensabas que no te había traido nada?
- Jake no tenías porque hacerlo.
- Lo sé pero.... también quería disculparme. Me porté fatal al no hablarte. Tu padre tiene razón y....
- ¡¿Has hablado con mi padre?! - exclamé.
- ¡No! ¡No! De verdad, no he hablado con Edward sobre eso, es solo que le conozco bien.
- ¡Argh! -
- Bueno ¿abres el regalo o no?
- Claro.
Me sente en el borde de la cama y puse el regalo en el regazo. Jacob me siguió y se sentó a mi lado. Desembolví el paquete. Era un reloj ovalado hacía arriba. La correa era marrón. Era elegante y precioso.
Me cogió la mano y me ayudó a ponerme el reloj. Cuando terminó, no soltó mi mano pero empezó a hablar.
- Nessie, no quería comportarme así en San Diego. Lo siento mucho. ¿ Me perdonas?
- Por supuesto Jake. - le dije - Nunca estuve enfadada contigo. Yo solo no entendía porqué te comportabas así.
- Sí, también quería contarte eso. Verás yo....
Se empezó a acercar a mi poco a poco. Apretó aun más su mano con la mia como para cercionarse de que seguía allí. Su rostro estaba peligrosamente cerca del mio cuando mi movil sonó. Jacob se alejó poniéndose en pie.
- Será mejor que lo cojas - dijo - te espero fuera.
Salió de la habitación y cerró la puerta mientras yo le miraba estupecfacta. ¿ Qué habría pasado si mi movil no hubiese sonado?
Cogí el teléfono.
- ¿Sí?
- Nessie, ven. Ha venido alguien a verte. -era papá.
- Voy enseguida. - Colgué el teléfono y salí a fuera. Jacob estaba apoyado contra uno de los árboles más cercanos a la casa.
Cuando me vió llegar sonrió.
- ¿Qué? - le pregunté.
- Nada. Solo pensaba que Alice y la Barbie tienen buen ojo con las prendas.
- Venga vamos o nos echarán la bronca.
Caminamos en silencio un rato hasta que se me ocurrió un tema del que hablar.
- Oye Jake ¿tú sabes quien es el que acaba de llegar?
- ¿Qué? no, no tengo ni idea.
- Ah - Parecía metido en sus pensamientos con lo que no insistí más.
Cuando llegamos a la casa y nos diriguimos a la habitación donde estaban todos, la gente rodeaban a los recien llegados. Eran un muchacho y una mujer.
La mujer era más menuda que su acompañante. Tenía la piel olivácea y un pelo muy negro y largo recogido en una coleta. Sus ojos eran de un intenso rojo.
Sin embargo los ojos del muchacho tenían un color semejante al de la madera de teca. Eran muy cálidos. Su piel era morena debido al bronceado de su piel. Al igual que la mujer tenía un pelo negro pero él lo tenía corto. La última vez que lo había visto se lo recogía en una coleta. Los reconocí al instante. Eran Huilen y Nahuel.
Una sensación estraña me recorrió el cuerpo al verle a él.
- Felicidades Nessie - dijo Huilen dándome un abrazo.
- Gracias Huilen.
- Felicidades Renesmee - dijo Nahuel mirándome tan fijamente que me hizo estremecer.
- Gracias - le dije - y gracias también por venir.
Él se encogió de hombros.
- He venido para acompañar a Huilen.
- Ah.- ¡¿cómo se podía ser tan frívolo?! Después de siete años sin vernos lo menos que podía hacer era darme un abrazo. O un apretón de manos. Pero no, el señorito tenía que quedarse ahí parado como un pasmarote odiando cada segundo que estuviera aquí.
La voz de Eleazar me sacó de mis insultos mentales hacia Nahuel.
- Bueno nosotros nos vamos ya.
- ¿Qué? ¿tan pronto?
- Lo cierto Nessie es que llevamos ya un par de días por aquí. - dijo Carmen - Ya es hora de volver. Para todos.
- Está bien. Lo entiendo.
Poco a poco, todos mis visitantes se fueron llendo hasta que al final solo quedaron Nahuel, Huilen y Jacob.
- Bueno Huilen - dijo papá - ¿qué tal os ha ido ha vosotros?
- Bueno pues...-
- Siento interumpirte Huilen pero si no os importa me voy a la cabaña a descansar. Estoy agotada.
- De acuerdo Nessie. Que descanses.
- Gracias papá.
- Espea Nessie - dijo Jacob - Te acompaño hasta casa.
Asentí. Me di la vuelta seguida de Jacob mientras notaba la mirada penetrante de Nahuel fija en mi nuca.
- ¡Vaya! - dijo Jacob - no ha estado nada mal la fiesta. Pensaba que lo adivinarías.
- No, no. Ha sido una absoluta sorpresa.
- Me alegro.
Otra vez volvíamos hacia la cabaña. No sabía cuantas veces había ido y venido de aquí a la mansión.
Llegamos a la puerta enseguida. Apoyé la espalda en ella y miré a Jacob. No me había dado cuenta que estaba igual o más cerca de como lo había estado en mi habitación.
Mi corazón volvía a martillear bajo mis costillas pero lo ignoré.
- ¿Por qué no te vienes mañana a la Push? - me preguntó - Podríamos bajar a la playa.
- De acuerdo.
Puso su mano en mi barbilla y me alzó el rostro. Acercó su cara a la mia. ¿ De verdad iba a ......? ¿ Iba a besarme?
Se acercó aun más a mi y me besó.... en la mejilla.
- Ja, ja, ja - estalló a reir a carcajadas - no te pongas tan colorada Nessie. - Se reía tanto que se le estaba empezando a escapar lágrimas.
Aparté su mano se un manotazo, me giré hacia la puerta y la abrí. Me metí dentro de la casa muy digna y le dije:
- Idiota - y le pegué con la puerta en las narices.

espero que os haya gustado!!!!

1 comentario:

  1. La verdad me quede picada con tu fanfic xD

    Espero que pongas capitulos nuevos, o me puedas decir donde tienes publcados algunos otros capitulos.

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